Conocé más sobre las vacunas de ARNm contra el COVID-19

Si bien las vacunas de ARNm se conocieron recientemente en el contexto de la pandemia por SARS-Cov-2, han sido estudiadas durante décadas por los científicos para prevenir otras enfermedades.

Antes de que se recomiende una vacuna para diferentes grupos etarios, se realizan rigurosos estudios clínicos en miles de personas para garantizar la seguridad y eficacia. Como con todas las vacunas o medicamentos, en algunos casos pueden existir efectos secundarios que en la mayoría de los casos son leves y transitorios.

No, las vacunas no actúan sobre el ADN ni tienen la capacidad de modificarlo.

La vacunación contra la COVID-19 es importante en la población pediátrica para evitar la enfermedad grave, internaciones e incluso muertes. A pesar de que la enfermedad grave por SARS-CoV2 afecta con mayor frecuencia a los niños con patologías de base, los niños sanos también pueden presentar complicaciones agudas y COVID prolongado.

A su vez, los niños que han tenido COVID-19 tienen un riesgo mayor de desarrollar el síndrome inflamatorio multisistémico, afección que causa inflamación del corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos o los órganos gastrointestinales. Este síndrome puede ser grave e incluso mortal.

Algunas personas (niños, niñas, adolescentes y personas adultas) que presentaron COVID-19 pueden experimentar efectos a largo plazo conocidos como COVID prolongado o síndrome post-COVID que incluye una amplia variedad de síntomas tales como cansancio o fatiga, dificultad para concentrarse, dolor de cabeza y mareos, síntomas respiratorios, cardíacos, neurológicos y digestivos, entre otros; que pueden durar semanas, meses o años.

Las personas no vacunadas contra la COVID-19 tienen mayor riesgo de presentar COVID prolongado.

La miocarditis está estrechamente relacionada con la enfermedad por COVID-19. Los casos de miocarditis posteriores a la vacunación contra la COVID-19, específicamente las vacunas de ARNm, son eventos raros. El riesgo de problemas cardíacos -incluida la miocarditis- en niños como consecuencia del COVID-19 es mucho mayor que el riesgo de miocarditis asociado a la vacuna de ARNm contra el COVID-19. El beneficio de la vacunación supera a los posibles riesgos.

No hay evidencia de que algunos de los componentes de la vacuna o los anticuerpos producidos después de la vacunación contra la COVID-19 causen problemas de fertilidad.

Las vacunas contra la COVID-19 constituyen la mejor medida de salud pública para proteger a la población contra esta enfermedad y reducir así la probabilidad de que surjan nuevas variantes. Esto incluye el esquema primario, las dosis de refuerzo y cualquier dosis adicional que sea necesaria. Las vacunas de ARNm actualmente disponibles mostraron ser efectivas en la prevención de enfermedad grave, hospitalizaciones y muertes asociadas con la variante Ómicron.

Las dosis adecuadas para generar la respuesta inmune deseada para cada grupo de edad surgen de estudios de investigación.

Las dosis de refuerzo de vacuna ARNm contra la COVID-19 son necesarias porque se demostró que la inmunidad puede disminuir con el tiempo.

A la fecha, las dosis de refuerzo con vacuna ARNm están indicadas a partir de los 3 años de edad, luego de 4 meses de la última dosis.

Sí, se recomienda la vacunación independientemente de haber padecido COVID-19. Existe evidencia reciente que demuestra que las personas pueden obtener protección adicional al vacunarse luego de la infección por COVID-19. Si bien el riesgo de reinfección en personas con esquema de vacunación completo y en aquellas con infección previa por COVID-19 es más bajo durante al menos 6 meses, la protección que otorgan las vacunas de ARNm suele ser más consistente.

Para información actualizada sobre lugares de vacunación en el país puede recibir la vacuna de ARNm contra el COVID-19, consulte https://www.argentina.gob.ar/coronavirus/vacuna