La infección crónica por virus de la hepatitis B (HBV) es un serio problema mundial, que afectaba aproximadamente 257 millones de personas en el mundo en 2015, con más de 900.000 muertes anuales debido a enfermeda des crónicas del hígado tales como cirrosis, hepatocarcinoma, entre otras. En 2016 la OMS desarrolló una estrategia global para eliminar el HBV como amenaza de la salud pública con el objetivo de reducir su incidencia en un 90 % y la mortalidad en un 65 % para 2030. Para lograr estos objetivos, resulta clave la eliminación de la transmisión madre-hijo (MTCT) ya que la infección crónica es más probable que se produzca cuando se adquiere precozmente en la vida, en especial al nacer. Más aún, el riesgo de desarrollar enfermedad hepática crónica es mayor cuando se adquiere a edades tempranas en comparación a los que se infectan con HBV más tardíamente.